No es la primera vez que me enamoro, ni la primera que me hacen daño; la verdad, he sido herida desde el primer instante que Dios decidió que vendría al mundo. Fui negada por la misma carne de mi carne, por mi segundo primer amor, por el primer hombre que debió haberme amado por sobre todas las cosas, por el primer ser que debió haber sentido la dicha de saber que vendría al mundo... de esa manera, cómo podría esperar que alguien me amara sin conocerme?
Cuando la primera persona que debe amarte te desprecia, lo único que te queda es nunca ser amada. Pero la esperanza no murió en mí; supongo que debo culparme a mí misma por ser así. Nadie me dijo que tendría esta clase de sentimientos, nadie jamás me advirtió que sería doloroso ser yo, jamás me dijeron que pasaría gran parte de mi tiempo intentando buscar el amor... ese amor de padre que en nueve años nunca recibí.
Todo es culpa mía.
Nunca debí tomar un libro y enamorarme de todo lo ahí escrito, jamás debí desear ser amada.
Tuve buenas y grandiosas experiencias, y sé que en algún futuro desearé encontrar ese amor del que tanto leo y el que realmente deseo, pero ahora yo no siento nada.
Cuando das todo por amor, te entregas de lleno y cometes un error... lo pierdes todo.
Jamás he aceptado mis errores y soy de las que prefieren llorar antes de pedir perdón, pero cuando sabes que esa persona es para ti, cuando la deseas con fuerza y pides por ello, el orgullo no importa. Sé que no soy perfecta aunque quisiera, y que estoy muy lejos de serlo, pero sé lo que quiero... y sé a quien también. Lo malo es cuando sabes que cometiste un error y no puedes ser perdonada. Es un dolor que te come poco a poco, como los gusanos a un cuerpo descompuesto, y lo peor? es que deseas tan desesperadamente volver al comienzo, que todo sea como se supone debe ser, y sigues cometiendo error tras error hasta que aquel amor que tan locamente deseas... te olvidó.
Mientras mi mayor deseo es dejar una huella, aunque sea pequeña, en la vida de otros, ser olvidada es lo peor que me puede suceder.
Ahora yo, quien amaba al amor y la idea de enamorarse, quien escribe poemas y regalaba cartas, lo he perdido todo. En este mismo instante, el amor es un tabú.
Y lo único que sé es que entre menos ame, entre menos sienta... jamás seré lastimada.
Soy una lámpara mágica... pero sin genio, ni deseos ni magia. Estoy vacía.
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