Es como un enorme panal de abejas
trabajando insaciablemente para complacer a alguien
porque aunque no queramos admitirlo
siempre existe alguien a quien deseamos complacer
o en diferentes casos, destruir.
Un humano no puede existir para si mismo
siempre debe haber alguien quien nos domine
de una buena manera, o de la peor.
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