en realidad, estuve dispuesta a crear un campamento;
en realidad, no sabía si iba a funcionar,
¿y si llovía de pronto? ¿y si el viento era demasiado fuerte?
¿qué tal si el sol encandilaba demasiado ? ¿y si nevaba un día?
En realidad, no me importaba, para ser franca.
Aún así una torrente cayera,
o si de pronto la ciudad se quedaba sin luz,
incluso si un día una piedra se atravesaba en el camino,
estaba dispuesta a quedarme ahí cuánto tiempo fuera necesario.
Pero no fue para mí.
Y de un día para otro,
mi destino ya no era el mismo.
Así que hice mis maletas,
desmonté el campamento,
me cargué de todo el valor que me quedaba
me sequé las lágrimas y la frente en alto, sonreí.
París es para los enamorados,
quizás es por eso que me quedé solamente unos minutos.
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En realidad, ya no me queda nada qué perder. |
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