Las almas gemelas

Cuenta una leyenda china que en un cuerpo habitan dos almas.
El cuerpo humano, al poder albergar tanta cantidad de órganos y soportar el peso de los huesos, también podía debilitarse... así que Dios le dio a un humano la posibilidad de compartir un sólo cuerpo con otra alma, ésta sería un alma exactamente igual a la suya, una que no sólo lo acompañara sino que lo complementara, sería su compañero eterno tanto en la vida terrenal que tuvieran como en las que les prosiguieran. Y el humano estaba más que encantado de poder compartir su triste existencia con otro ser igual a él, entonces las platicas serían amenas y la soledad ya no dolería tanto.
Pero Dios, al ver los acontecimientos de lo que él mismo había creado, se asustó de su poder y su dependencia, entonces creó la monotonía, el miedo y los siete pecados capitales, de esa manera lograría separar al humano de su alma gemela, condenándolos a pasar toda la eternidad a encontrarse el uno al otro. Pero no sería algo fácil.
El poder que dos almas gemelas poseen era tal que, de su ingenio, creó "al amor de su vida", de esa manera, por si algún humano lograba encontrar a su alma gemela, tendría siempre que elegir entre ambas existencias. Por un lado, el cuerpo terrenal debería decidir si seguiría buscando ser completo y feliz al lado de su alma gemela, muy a pesar de la difícil batalla que eso significara porque al ser dos entes iguales y con el transcurso de la experiencia y el tiempo cambiarían muchas cosas, pero las almas sabrían perfectamente que se pertenecerían porque lo sentirían muy en el fondo de su ser.
O, de lo contrario, debería rendirse a su búsqueda y aceptar al "amor de su vida", llevar una vida plena y tranquila, pero muy en el fondo miserable por haber renunciado a su verdadera felicidad. Y Dios sabría entonces que el miedo sería un obstáculo poderoso; conocía muy a bien a su creación y por ello no se preocupó por ello.
Sabía que el miedo a la soledad sería la peor de las desgracias ajenas; así que se sentó en su trono y observó aquella obra interminable, preguntándose si estuvo bien separar al humano de su alma gemela... pero al ver que era divertido cómo sufrían por ello, decidió dejarlo así. Y dio gracias todo el tiempo por haber inventado aquella arma de dos filos que el humano llamó AMOR.