Quería oír por primera vez de su boca que lo sentía, que no quería lastimarme, que había sido un idiota y que nunca jamás iba a dejarme sola de esa manera; quería que me dijera que no podía vivir sin mí, que yo era la mayor de sus prioridades, que moriría sin mí, que me necesitaba. Algo. Lo que fuera, lo más mínimo... pero nunca lo dijo.
Pero yo no soy ninguna tonta. Lo sé todo.
Sé que estoy aferrándome porque no quiero sentirme sola, sé que ni siquiera lo quiero porque mi corazón le pertenece a alguien más y sé que me voy a arrepentir de nuevo por dejar que se esté convirtiendo en mi pañuelo.
Yo no quiero pertenecerte ni a ti ni a nadie, pero tampoco quiero seguir sintiendo todo lo que siento.
Yo no quiero pertenecerte ni a ti ni a nadie, pero tampoco quiero seguir sintiendo todo lo que siento.
Por eso, nuevamente como hace dos años, estoy estancada en ti.
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